miércoles, 2 de noviembre de 2016

Descripción lingüística

Morfología

El náhuatl tiene una morfología nominal reducida, la mayoría de nombres tiene dos formas diferentes según el caso (poseído/no-poseído) o sólo una forma indistinguida. El estado absolutivo en singular se marca con /-tli/ y el poseído con /-wi/ (ambos sufijos derivados del proto-utoazteca /*-ta/ y /*-wa/). En cuanto a las marcas de plural se usan sobre todo los sufijos /-meh/ (procedente del proto-utoazteca /*-mi/) y a veces /-tin/ y /-h/, y en menor grado se usa la reduplicación de la sílaba inicial coyotl 'coyote' cocoyoh'coyotes', aunque esto en náhuatl a diferencia de lenguas uto-aztecas como el guarijío o el pima es marginal.
La morfología verbal a diferencia de la nominal usa un gran número de morfemas prefijos o clíticos que indican, sujeto, objeto, direccional, marca reflexiva. El número se indica además de prefijo de persona mediante sufijos variados, igualmente el tiempo y el modo se indica mediante sufijos. La raíz verbal cambia de forma para indicar aspecto así para el náhuatl clásico se consideran tres tipos (llamados “temas”: largo, breve, medio) e incluye gran número de sufijos derivativos.

Sintaxis

El orden de los constituyentes es bastante libre aunque en los dialectos modernos tiende a SVO en oposición a VSO que eran más frecuentes en las etapas más antiguas de la lengua. Además las variantes modernas tienden a incluir interjecciones, conjunciones y adverbios prestados del español.
El adjetivo suele preceder al nombre pero al igual que en la sintaxis en las variantes modernas el acomodo refleja la influencia del español, aunque en los sintagmas todavía prevalece que el modificador o complemento suele preceder al núcleo sintáctico. Eso se refleja también en el hecho de que la lengua tiene sufijos que funcionan como postposiciones (núcleos del sintagma apositivo) en lugar de usar preposiciones como en el español.

Léxico

El náhuatl se distingue por usar un número reducido de lexemas para construir gran cantidad de palabras, lo cual hace que casi toda palabra admita una descomposición en raíces, en su mayoría bisilábicas. Esto da a las palabras una gran transparencia en términos semánticos. Algunos ejemplos de composición léxica se encuentran en topónimos y nombres propios:
  • Xochimilco (xochi-mil-co): ‘lugar de la sementera de flores’ (delegación del Distrito Federal)
  • Nezahualcóyotl (ne-zahua-l-coyo-tl): ‘coyote ayunador’ (nombre de un famoso Tlatoani de Texcoco)
  • México (mexih-co): ‘lugar de Mexih’ (nombre de un caudillo, Mexih = Mecih, ‘liebre magueyera’)
  • Iztacalco (izta-cal-co): ‘lugar de la casa de la sal’ (otra delegación del D.F.)
  • Xochiyáoyotl (xochi-yao-yo-tl): ‘guerra florida’ (procedimiento por el que se conseguían esclavos para los rituales)
  • Popocatépetl ([po]poca-tepe-tl): ‘cerro que humea’ e Iztaccíhuatl ‘mujer blanca’: los famosos volcanes del Eje Neovolcánico
  • Huitzilopochtli: ‘colibrí zurdo’ o ‘colibrí de la izquierda’ (nombre del dios de la guerra)
Ciertas áreas del léxico moderno han sido muy influidas por el español, así el sistema numérico de base vigesimal ha sido abandonado en favor del sistema decimal del español, quedando solo las formas de 1 a 20 del sistema nativo básicamente. Otras áreas del léxico como la vivienda, el vestido y ciertos términos agrícolas han incorporado también términos del español considerados que describen mejor la realidad tecnológica más moderna.

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