miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cultura Nahuatl

El náhuatl (autoglotónimo nāhuatlahtōlli, que deriva de nāhua-tl, (sonido claro o agradable) y tlahtōl-li, (lengua o lenguaje) es una macrolengua yuto-nahua que se habla en México. Surgió por lo menos desde el siglo V, aunque al darse la diferenciación entre el yuto-nahua del sur y el proto-nahua (c. siglo III) ya es posible hablar de una lengua náhuatl. Con la expansión de la Cultura Coyotlatelco durante los siglos V y VI en Mesoamérica, el náhuatl comenzó su rápida difusión por el Eje Neovolcánico llegando una rama a extenderse por la costa del Pacífico dando origen al pochuteco y otra rama hacia Veracruz que daría origen al pipil de Centroamérica. Así poco a poco el náhuatl pasó por encima de otras lenguas mesoamericanas hasta convertirse en lingua franca de buena parte de la zona mesoamericana; en una primera etapa fue promovida en el área central de México por los tepanecas, posteriormente en una segunda etapa esta lengua, en parte, fue impuesta en los territorios conquistados por el Imperio mexica, también llamado Imperio azteca, desde el siglo XIV.
El náhuatl comenzó a perder hablantes conforme se fueron imponiendo los españoles en el continente, junto con el castellano como nueva lengua dominante en Mesoamérica; sin embargo, los europeos siguieron usando el náhuatl con propósitos de conquista a través de los misioneros, llevando la lengua a regiones donde previamente no había influencia náhuatl.
El náhuatl es la lengua nativa con mayor número de hablantes en México, con aproximadamente un millón y medio, la mayoría bilingüe con el español.

Época prehispánica

Sobre la cuestión del punto geográfico de origen, los lingüistas durante el siglo XX coincidieron en que la familia de lenguas yuto-nahuas se originó en el suroeste de los Estados Unidos.Tanto la evidencia de la arqueología y la etnohistoria es compatible con una difusión hacia el sur a través del continente americano; este movimiento de comunidades hablantes se da en varias oleadas desde los desiertos del norte de México al centro de México. El proto-nahua por lo tanto surgió en la región entre Chihuahua y Durangodonde al ocupar una mayor extensión de territorio, formó rápidamente dos variantes, una que continuó dispersando hacia el sur con cambios innovadores mientras la otra con rasgos conservadores del A lo largo de la época moderna, la situación de las lenguas indígenas ha aumentado en precariedad cada vez más en México, y el número de hablantes de prácticamente todas las lenguas indígenas ha disminuido. A pesar de que el número absoluto de hablantes de náhuatl en realidad ha aumentado en el último siglo, las poblaciones indígenas se han vuelto cada vez más marginadas en la sociedad mexicana. Los grandes cambios en las comunidades indígenas se dieron a partir de las reformas agrarias emergidas del revolucionario Plan de Ayutla por medio de la “Ley Lerdo” a mediados del siglo XIX,con lo cual se instalaba la noción de “ejido” que fraccionaba las tierras comunales y a partir de entonces los indígenas se vieron forzados a pagar una serie de nuevos impuestos y que bajo la coacción de hacendados y gobierno no pudieron pagar creándose los grandes latifundios, lo que provocó que poco a poco fueran perdiendo sus tierras, su identidad, su lengua, e incluso su libertad.
Este proceso aceleró los cambios en la relación asimétrica entre las lenguas indígenas y el castellano, así el náhuatl se vio cada vez más influenciado y modificado; como primera consecuencia es observable una zona de una rápida perdida del habla y las costumbres cercana a las grandes ciudades, como segunda consecuencia vemos zonas donde la “castellanización” es más fuerte provocando un bilingüismo activo, en una tercera zona se mantuvieron los hablantes indígenas más aislados y conservaron más puras sus tradiciones. Las políticas porfirianas tendían a la eliminación de las lenguas nativas, buscando el desarrollo y el progreso del país bajo un nacionalismo mexicano, política seguida por los gobiernos post-revolucionarios. Sólo hasta el gobierno cardenista surge un verdadero interés institucional por comprender y estudiar la cultura indígena, intentando revertir la tendencia de la incorporación forzada a la cultura nacional, lo que de hecho no pasó y continuó la pérdida hasta los ochentas.
Cambios significativos se dieron por lo menos desde mediados de la década de 1980, aunque las políticas educativas en México se centraron en la castellanización de las comunidades indígenas, para enseñar puramente español y desalentar el uso de las lenguas nativas, tuvo como resultado que hoy en día un buen número de hablantes de náhuatl estén en posibilidad de escribir tanto su lengua como el español; aun así su tasa de alfabetización en español sigue siendo muy inferior a la media nacional. A pesar de ello, el náhuatl todavía es hablado por más de un millón de personas, de los cuales alrededor del 10 % son monolingües. La supervivencia del náhuatl en su conjunto no está en peligro inminente, pero la supervivencia de ciertos dialectos sí lo está; y algunos dialectos ya se han extinguido durante las últimas décadas del siglo XX.
La década de 1990 vio la aparición de cambios diametrales en las políticas del gobierno mexicano hacia los derechos indígenas y lingüísticos. La evolución de los acuerdos en el ámbito de los derechos internacionales, combinada con presiones internas condujeron a reformas legislativas y la creación de organismos gubernamentales descentralizados; así, ya para el 2001 el Instituto Nacional Indigenista desapareció para darle paso a la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) y el INALI creado en 2003 con responsabilidades para la promoción y protección de las lenguas indígenas, en particular la Ley general de Derechos Lingüísticos de los Pueblos indígenas, reconoce todas las lenguas indígenas del país, incluyendo el náhuatl, como "idiomas nacionales" y da a los indígenas el derecho a utilizarlos en todas las esferas de la vida pública y privada. En el artículo 11, que garantiza el acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultural.Esta ley da origen al Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales en 2007.
En 1895, el náhuatl era hablado por más del 5 % de la población. Para el año 2000, esta proporción había caído a 1,49 %. Teniendo en cuenta el proceso de marginación combinada con la tendencia de la migración a las zonas urbanas y a los Estados Unidos, algunos lingüistas están advirtiendo sobre la muerte inminente de las lenguasEn la actualidad se habla en náhuatl sobre todo en las zonas rurales por una clase empobrecida de agricultores de subsistencia indígenas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas de México, el INEGI, el 51 % de los hablantes de náhuatl están involucrados en el sector agrícola y 6 de cada 10 no reciben sueldos o ganan menos del salario mínimo-nahua se desplazó al oriente.
La migración propuesta de hablantes de la lengua proto-nahua en la región mesoamericana se ha colocado en algún momento alrededor del año 500, hacia el final del período Clásico Temprano en la cronología mesoamericana.Antes de llegar al centro de México, grupos pre-nahuas probablemente pasaron un periodo de tiempo en contacto con las lenguas cora y huichol del occidente de México (que también son uto-aztecas).
El surgimiento del náhuatl y sus variantes por lo tanto se da durante la época del apogeo de Teotihuacán. Las rutas comerciales teotihuacanas sirvieron para una rápida difusión de la nueva lengua. La identidad de la lengua hablada por los fundadores de Teotihuacán nos es desconocida, sin embargo, durante mucho tiempo ha sido objeto de debate; de esta manera en los siglos XIX y XX algunos investigadores creían que Teotihuacán había sido fundada por hablantes de náhuatl; más tarde hacia finales del siglo pasado la investigación lingüística y arqueológica tiende a contradecir ese punto de vista. Ahora se cree que es más probable que la lengua teotihuacana estuviera relacionada con el totonaco o fuera de origen mixe-zoqueano.Buena parte de la migración nahua al centro de México fue consecuencia y no causa de la caída de Teotihuacán.Desde estas épocas tempranas se dieron préstamos entre las diferentes familias lingüísticas e incluso a nivel morfosintáctico.
En Mesoamérica las familias de la lengua mayaotomangue y mixe-zoque habían coexistido durante milenios. La interacción de estas lenguas generó una serie de rasgos comunes en todas ellas que permiten que entendamos la zona mesoamericana como una sola a nivel lingüístico, independientemente de la evolución de cada lengua en su propio grupo. Después que los nahuas llegaron a la zona de alta cultura de Mesoamérica, su lengua también adoptó algunos de los rasgos que definen el área lingüística mesoamericana;así por ejemplo los nahuas adoptaron el uso de sustantivos relacionales y una forma de construcción posesiva típica de las lenguas mesoamericanas.
Teotihuacán ejercía un poder centralista y marcaba las pautas de los señoríos locales, quienes al parecer tenían que ser legitimados desde la metrópolis. Tras el colapso de la gran ciudad surgieron modelos nuevos para detentar el poder, junto con estos modelos al parecer se fue promoviendo la lengua náhuatl, la cual se considera difundida por la cultura Coyotlatelco, sin embargo, la lengua no solo fue hablada por sus nativos, sino que poco a poco fue adoptada por las poblaciones otomangues con mayor antigüedad y que habían dependido de Teotihuacán. Al fundarse Tula Chico en el siglo VII ya se sentía la influencia nahua pero no era muy intensa; trescientos años después con la re-fundación de esta ciudad por el año 900, que a partir de entonces será conocida como “Tollan” (Tula), sus fundadores son reconocidos por las fuentes como “nahuas-chichimecas” quienes comparten el poder con los nonohualcas.Es en este momento que el náhuatl adquiere relevancia política, poco después se volverá el idioma oficial de los tepanecas (que hablaban originalmente una variante del otomí),y ya en el siglo XIV fue adoptado por los acolhuas de Tetzcoco.
Aunque los mexicas se cree que siempre hablaron el náhuatl es posible que también lo hayan adoptado.La influencia política y lingüística de este grupo llegó a extenderse en la América media y el náhuatl se convirtió en una lengua franca entre los comerciantes y las élites en Mesoamérica, por ejemplo entre los mayas quiché.Tenochtitlan creció hasta convertirse en el mayor centro urbano mesoamericano, esto atrajo a los hablantes de náhuatl de otras áreas donde se había extendido por siglos previamente, con lo que se dio a luz a una nueva forma urbana de náhuatl con rasgos de muchos dialectos. Esta variedad urbanizada de Tenochtitlan-Tlatelolco es lo que llegó a ser conocido como náhuatl clásico y fue ampliamente documentado en la época colonial.

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